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Nuestro Proyecto de Cacao Orgánico y Comercio Justo en Urabá, Colombia

Nuestro Proyecto de Cacao Orgánico y Comercio Justo en Urabá, Colombia

Urabá, una región en Antioquia, Colombia, tiene fama en el mundo principalmente por dos razones: El conflicto armado y los cultivos de banano. El Cacao de alta calidad, aunque tiene gran potencial, se cultiva en menor cantidad. La oferta existente está comprada por dos grandes empresas quienes mantienen precios bajos.

Con una tasa de desempleo de casi 30%, no hay otra opción para la gente sino la de vender al precio que se les ofrece. Otras estadísticas son igualmente problemáticas: Según las Naciones Unidas, un asombroso 50% de niños en edad escolar, por ejemplo, no han asistido a una escuela en muchos años.

Colombiano, y parte del equipo de campo, está enterado del complicado contexto social de la región. Urabá es una zona de conflicto ¨ dijo Gutiérrez. ¨Allí encontrarás personas quienes se desmovilizaron del paramilitarismo; de la guerrilla; muchos desplazados.¨

Una trabajadora social y dos ingenieros agrónomos ingresaron el equipo base a principios de este año, específicamente para apoyar este proyecto. Trabajando directamente en la región, ayudan al desarrollo comunitario, el aprendizaje de la agricultura orgánica, y los procesos de postcosecha.

¨Debemos ayudarles a crear una realidad nueva”, dijo Gutiérrez. ¨Esto es de qué se trata el proyecto - ayudar a los pequeños productores a hacer parte de un mercado internacional.¨

Fruandes espera lograr este objetivo fortaleciendo las asociaciones de pequeños agricultores, ayudándoles a conseguir la certificación orgánica, comprando el producto a precios justos, y distribuyendo el producto internacionalmente, así creando un ecosistema sostenible de cultivación del cacao y del comercio internacional en la región.

El objetivo del proyecto es de tener 50 hectáreas de cacao orgánico certificado para julio de 2018. Javier Vásquez, gerente de negocios en Fruandes, reconoce que esto es un objetivo bastante ambicioso, pero él confía, que con la gente adecuada todo es posible: ¨Nadie no cree que podemos certificar 50 hectáreas de cacao en menos de un año. Nadie. Pero cuando trabajas con gente con quienes comparten los mismos valores y objetivos, todo es posible. Por eso, nos toma tanto tiempo a seleccionar nuestros socios.¨

Por la lejanía de la región, la influencia de las prácticas convencionales ha sido poca y las tierras están relativamente limpias, lo que hace que el proceso de certificación sea más fácil que en zonas en donde el uso de pesticidas ha deteriorado la tierra por muchos años. Aun así, la certificación es un proceso complejo.

Fruandes tiene muchos años de experiencia apoyando a pequeños agricultores en la certificación orgánica de sus cultivos, y su modelo de negocio involucra a muchos criterios, de los cuáles todos se tienen que satisfacer para asegurar una colaboración exitosa y a largo plazo. En Urabá la empresa inició con más de mil agricultores. En este momento, 160 agricultores de 6 asociaciones diferentes hacen parte de las conversaciones. Al final, cree Vásquez, no más de 50 serán seleccionados.

Magnolia López Oquendo, madre de tres hijos, tiene grandes esperanzas para su futuro con el proyecto. Actualmente vive de un pequeño cultivo de plátano y su trabajo en el cacao, dividiendo su tiempo entre el trabajo en su casa y tratando de proveer a su familia. A pesar de todo su trabajo, la calidad de vida para ella y su familia no es la mejor. La familia tiene muchos gastos y muchas veces tiene que negar necesidades básicas a sus niños.

¨Tenemos niños en el colegio por lo que tengo que decir que no es lo suficiente para uno pasar una vida mejor. Si comes bien no tienes forma de vestirte bien,¨ dijo López. ¨La situación y el dinero que genera la agricultura no alcanza para eso.¨

Muchas de las familias en la región, dice ella, viven en malas condiciones. Muchas casas no tienen servicios sanitarios, la escuela es en mal estado, la carretera terrible. Una de las primeras cosas en las que quiere investir es un carro. En caso de emergencia es muy difícil conseguir ayuda.

¨Estamos muy felices de poder hacer parte de este proyecto,¨ dijo. ¨Uno tendra más dinero, más capacidad para ayudarse económicamente podríamos arreglar las viviendas, colaborarle a un vecino si se puede, me gustaría hacer un ahorro programado, dejar asegurados a mi familia.¨

Las asociaciones y sus miembros reciben capacitaciones en fortalecimiento organizacional, optimización de procesos, fortalecimiento empresarial, educación financiera, y asistencia técnica, entre otros. El modelo de negocio de Fruandes está centrado en empoderamiento; ayudar a la gente a ayudarse a sí misma y crear desarrollo a través de un negocio rentable.

¨Los productores de esta región no quieren que se les regale nada, ¨ dice Germán Betancourt, Líder de Desarrollo Orgánico en Fruandes. ¨Simplemente quieren una oportunidad de tener un trabajo dignificado, y este es el tipo de entorno que queremos crear.¨

Fotos cortesía de la Fundación Bancolombia
 
 

 

 
 
 
 

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